El módulo de ADG fue impartido por Eugenio.
Creo que el módulo de
ADG ha sido una de las cosas que me han hecho cambiar durante el último año.
Al principio pensaba
que las dinámicas eran simples juegos que no podían conseguir nada ni hacer
pensar a nadie. Las dinámicas de presentación apoyaron lo que pensaba. Me
equivoqué totalmente. Aun así, siempre ha sido algo de lo que más me ha gustado
del ciclo de animación.
Nunca llegué a pensar
que las dinámicas pudieran hacer que me parase a pensar en mi actitud ante
ciertas situaciones. No se ha llegado a ver lo peor de mí, pero sí que he
notado que he llegado a estar a punto de perder los nervios en algunas
ocasiones.
Siempre he sido una
persona con necesidad de ser escuchada en el grupo en el que esté. Siempre he
tenido la necesidad de decir todo lo que pienso aunque alguien haya dicho algo
que tiene que ver o aunque sepa que mis opiniones no van a cambiar nada. Todo
esto lo considero un defecto en mi personalidad.
Otro defecto que tengo
es que espero caer a la gente muchísimo mejor de lo que en realidad caigo. Yo
sé como soy pero realmente no me abro al cien por cien a todo el mundo (de este
grupo a nadie), asique no sé por qué pretendo conseguir caer tan bien a la
gente.
Desde el principio veía
que los compañeros contaban sus intimidades en las primeras dinámicas en las
que nos sentábamos en círculo y contestábamos a las preguntas que tú nos hacías
(sobre cosas buenas y malas de nuestra vida). No entendía como las personas
pueden contar cosas tan íntimas a un grupo de desconocidos. Pero creo que es
más fácil hablar a alguien externo a tus problemas, como cuando vas al psicólogo.
En realidad ya no lo veo tan disparatado, simplemente soy alguien a quien le
cuesta mucho contar sus cosas. Siempre que nos hacías alguna pregunta sobre
algo íntimo me ponía muy nerviosa solo de pensar en la cosa en cuestión aunque
pudiera contestar con cualquier anécdota (cosa que hacía al final).
El problema de no
abrirme a los compañeros ha sido que al final la imagen que se tiene de mí es
de una persona muy simple (lo soy, pero tengo mucho que aportar), graciosa en
momentos puntuales, que no tiene preocupaciones ni problemas en su vida y de la
que no se pueden aprender cosas útiles. Sé que mi rol dentro de la clase es ese
porque lo he comprobado en algunas dinámicas. Se me vienen a la cabeza dos que
me enrabietaron bastante por dentro: la del abanico y la de brico casa. Las
fichas correspondientes aparecen en hojas posteriores.
La dinámica del abanico
consistía en escribir anónimamente cosas positivas de las demás personas de la
clase sabiendo que luego lo leerían. En esta dinámica me abrí bastante y puse
cosas realmente buenas que pensaba sobre los demás. Si salía alguien que me
caía mal intentaba mirar cosas positivas de esa persona (la verdad es que la
dinámica si era excelente para eso) y ponía algo breve pero bueno. Tampoco era
plan de poner mentiras de alguien que me caía mal. Me limité a poner una
característica buena sobre esa persona. Lo malo de la dinámica es que cuando vi
lo que los compañeros me escribieron me sentí bastante mal. Tenía las
expectativas altas. Menudo error, porque solo vi dos comentarios realmente
buenos y sé de quienes eran. Fueron los únicos que no me hicieron derrumbarme.
El resto de comentarios de los compañeros eran tonterías sobre gracias
realizadas en un momento dado (el famoso chupito) y pensé: “¿Lo único que
aporto a este grupo son tonterías y payasadas?” Pensaba eso porque después de
escuchar las dedicatorias que se pusieron el resto de compañeros las mías me
parecieron una basura (quitando las dos que he mencionado antes).
La dinámica de brico
casa consistía en dibujar un casa. Cada persona era un objeto decidido por toda
la clase. A mí me tocó ser despertador. Me hizo y me sigue haciendo bastante
gracia porque suelo llegar tarde a clase. Se discutió que fuera gato (soy de
compañía pero voy a mi aire), pero mi rol en la clase no es de gato y yo lo sé.
Me sentí mal al ser despertador porque luego se discutían cosas muy profundas y
mucho más bonitas sobre los demás. Y volví a sentir todo lo que te he contado
anteriormente.
El problema es que
tampoco he intentando cambiar mi rol dentro de la clase y ha ido pasando el
tiempo y pienso que ya es tarde para contar mis intimidades y cambiar mi
actitud de graciosilla. Pero sé que personas del grupo piensan que soy una tía
muy maja, simpática y buena persona por la relación que he tenido con ellas
fuera de clase.
Pensarás que solo tengo
cosas negativas sobre las dinámicas. No es así. Me han servido para muchas
cosas. He aprendido a reconocer mis defectos. Ahora sé que no todo el mundo
debe conocer mi opinión en todo momento y he aprendido a pensar en lo que voy a
decir y si decirlo. También he aprendido algo muy importante: escuchar a los
demás. Siempre he escuchado, pero ahora muchísimo más. Pienso en lo que los
demás están diciendo.
Creo que las dinámicas
han estado muy bien y no considero que ninguna haya sido un estropicio. Me ha
gustado la experiencia. Trabajar con mis compañeros me ha gustado y creo que la
actitud de todos a la hora de prepararlas ha sido muy buena. Si no he formado
parte de alguna y la he visto por fuera me han entrado muchas ganas de
participar y me ha dado pena si al final no quedaba tiempo para que yo pudiera
formar parte de la dinámica. Si he estado como animadora en alguna dinámica me
ha servido para entrenarme para el futuro (esta ha sido una de las cosas más
positivas del módulo).
Parece que mi crítica
sobre este módulo es más negativa que positiva pero en realidad las cosas
negativas son sobre mi misma y mi relación con los compañeros. No hay nada
negativo sobre el módulo en sí. De hecho me gustó muchísimo todo lo que vimos
tanto en la práctica como en la teoría, en especial todo lo que dimos en el
segundo trimestre sobre la psicología evolutiva de la infancia.
La palabra con la que
asocio el módulo de ADG es evolución. Creo que he aprendido y evolucionado
mucho con este módulo. Me ha aportado muchísimo. Ha sido una gran experiencia.
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